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PyCamp 2012

Yo tomé el taller para dejar de fumar de Humitos. Finalmente, no dejé de fumar, pero aprendí a malabarear…

¿Qué lo qué? ¿Py… qué?

El PyCamp es un evento que organiza la comunidad de Python Argentina (me pongo de pié para decirlo), con la finalidad de intercambiar ideas, conocimiento, diversión, experiencias y pasar un momento agradable con gente de carne y huesos. Éste año se hizo en invierno (la semana pasada, del Jueves al Lunes), y con él… Vino el frío 😛 Afortunadamente, el frío de Verónica, Buenos Aires (el mismo lugar dónde se hizo en el 2010) no es tan frío como el frío de Paraná aunque por otro lado, tuvimos unos días soleados hermosos.

Si bien estoy un poco alejado de la comunidad de PyAr en cuanto a la participación en la lista de correo y demás, no podía dejar de ir. Muchas cosas de mi entorno «son PyAr», sin ir más lejos el teclado que estoy usando y el monitor en el que estoy mirando los compré gracias a PyAr 🙂 . Entonces, ¿cómo no iba a ir?. Llegué el Jueves pasada la siesta, cerca de las 16hs (un poco tarde, ya que arrancaba a la mañana) y me perdí la organización de charlas y talleres inicial. Igualmente, no tenía nada para proponer ya que no estoy con ningún proyecto personal en el que necesite ayuda o quizás quiera compartir con los demás (que es una de las ideas del PyCamp).

Igualmente, aunque no tenga nada para mostrar ni proponer, «alguien» ya había propuesto un taller para que lo de yo y no sólo eso, sino que había unos 6 interesados en ese taller. ¿Taller de qué? Malabares! Ja!

Ese mismo día, llegando la noche me dí cuenta que me estaba enfermando, me había empezado a doler bastante la garganta y algunas líneas de fiebre se hacían notar. Así que, dejé de mandarme mate caliente ya que con el frío que hacía era un choque bastante impactante para mi garganta. Me mandé un Ibuprofeno y ahí empezó la supervivencia a medicamentos. Al día siguiente me estaría comprando una tableta nueva de Ibuprofeno y una de Paracetamol para mantenerme de pié y poder disfrutar del PyCamp.

El Jueves, después de hablar un rato con Joac, me dice: «Che, ¿esas clavas blancas son tuyas?», «No, che. Las mías son amarillas y están pinturrajeadas» -le contesto y me pregunto: «¿Hay otro flaco que trajo clavas? Wow, buenísimo!» Dí un par de vueltas para averiguar quién era el otro malabarista del grupo y lo encontré: Claudio. Lo invité a hacer unos pases y noté que era realmente bueno, me sorprendió. Ah, además, me olvidé de comentar: ¡había un monociclo! Ya está, ¿qué más querés? Un PyCamp con gente zarpada en Python, malabaristas, monociclistas, comida abundante, mesa de ping pong, cancha de fútbol ¿qué más querés papá?

Volviendo, el Jueves no hice mucho, es más, creo que ni prendí mi computadora. Estuve dando algunas vueltas por los slots de los demás, escuchando ideas, participando en las charlas y haciendo algo de pair-programming, pero creo que mi computadora no la toqué. Además, me fui a dormir medio temprano porque estaba molido del viaje y me estaba «pegando la enfermedad».

Me abrigué mucho en la cama y dormí como un chanchito feliz hasta exactamente la hora del desayuno del día siguiente (me acuerdo de la comida y automáticamente me acuerdo que me encanta el PyCamp). El Viernes ya fue un poco más Py que el Jueves, y creo que fue el más Py de todos porque me junté con Joac, manuq, perrito y algunos más en el slot de «Hack de cosas» en dónde estuvimos jugando mucho con una Kinect intentando hacer un «green screen» y otras cosas medias locas. Nos dimos cuentas que si hubiésemos prestado más atención en las clases de Álgebra Lineal la vida con la Kinect hubiese sido MUCHO más fácil: ¡operaciones con matrices a morir!

Así se pasó el Viernes, comiendo y jugando con la Kinect. El Sábado (o el Viernes, ya me perdí) llegó Gonzalo y estuvimos hablando bastante con un grupo sobre las XO y el proyecto OLPC. Estuvo bueno, había bastante gente interesada en los bichitos estos, con los que me quedé charlando bastante luego del slot que teníamos asignados y estuvimos discutiendo bastantes puntos de vistas, políticos y demás. Muy bueno eso.

El sábado también le dediqué un buen rato al programa Encuentro que hizo Facundo ya que había encontrado un bug en mi casa y lo había solucionado, pero no había mandado el parche porque no sabía muy bien cómo se usaba Bazaar. Entonces, lo busqué a Facu y le pedí ayuda con eso. En el medio, encontramos otros bugs y renegamos un rato para solucionarlo. Finalmente pude mandar mi parche y éste fue aceptado 🙂

Ese día, después de comer, cerca de las 13 – 14 hs, cuando todos salimos del comedor alcé al voz y dije: «Voy a dar el taller de malabares ahora, en la cancha de fútbol, bajo el solcito. Así que los que estén interesados, vamos para allá». Sorprendentemente, se juntó un grupo de 15 a 20 personas aproximadamente. Empezamos haciendo algunos ejercicios de calentamiento y otros como para conocernos con el resto del grupo y entrar en confianza. Si bien ya hacía unos días que estábamos todos juntos, había algunos que ni siquiera había hablados con algunos otros. También había mucha gente nueva, que era su primer PyCamp y que quizás hacía un par de semanas que había conocido a PyAr (¡Genial!). Entonces, me pareció una buena oportunidad para presentarnos.

Después seguimos haciendo algunos juegos y terminamos la primera etapa marcando unos caminos con las pelotitas. Llegamos a tener todas las pelotas (11) dando vueltas más una de contact y andaba bastante bien el camino. Por ahí se caían algunas, pero nada del otro mundo. Enseguida después de eso, pasamos a los primeros ejercicios de malabares. Bien básico al principio y después fuimos aumentando la dificultad. Algunos fueron bastante rápido. Estuvo bueno eso y además se veía que se divertían. Finalmente, terminé el taller con un poco de elongación y me quedé charlando con algunos que se había copado. Fue todo un éxito. Estaba muy contento yo.

Después vino la típica reunión de PyAr en el PyCamp, el típico asado de PyAr en el PyCamp, los típicos juegos de mesa de PyAr en el PyCamp y todas esas cósas típicas que se hacen en los típicos PyCamp de la típica comunidad de PyAr.

En fin, como dije antes, no programé mucho, pero sí estuve en cuanta charla y slot pude, escuchando y compartiendo ideas, haciendo sociales y conociendo un poco más a los nuevos. Intentando hablar con la gente que nunca había hablado y disfrutando de esto a los que la comunidad de Python Argentina llama PyCamp.

Me voy al circo

Inmediatamente después de enterarme que El Cirque Du Soleil viene a Argentina, le mandé un mensaje a unos amigos de Circulando Circo Callejero para preguntar si querían ir conmigo. Yo tenía decido pagar la entrada de $250 y le calculaba unos $450 de pasaje (ida y vuelta) a Buenos Aires; así que eran algo así como $700 más lo que gaste allá.

Cuando hablé personalmente con mis amigos le comenté mi idea y les dije que «no me parecía poca plata, pero bueh, es el Circo Du Soleil; probablementenunca más lo vuelva a ver» y que entonces no me parecía mal gastarlo ahí. Y así fue que se escuchó: «Y por eso, nosotros decíamos de comprar la entrada de $700» 🙂 (sí, y una carita). Y… daaaaale! Si me lo decís así.

Listo. Al día siguiente nos fuimos a averiguar por un paquete que incluya esa entrada y conseguimos por $1105 todo incluido en El Terco. Esto es $700 de entrada, $105 que te roba ticketek y $300 de traslado.

Dibujando con luces

Hay mucho más de lo que pensaba en la idea de «dibujar con luces» que alguna vez había escuchado en el curso de fotografía. Pensaba: «claro, para que algo se vea tiene que tener luz, de lo contrario no existe«. Pero en sí, no había extendido más esa idea que eso. Me había conformado con esa auto-explicación que me di a mi mismo y con lo poco que habíamos charlado en el curso.

Ayer por la noche, tuve la primera clase en la que hablamos un poquito más en serio sobre el tema de la iluminación y sobre todo qué provoca cada luz dependiendo de su color, intensidad y dirección. Si bien algunos de todos estos conceptos los tenía en la cabeza y los había empezado a pensar ya, los tenía todos desorganizados y necesitaban ser linkeados entre sí. Me ayudo mucho en esto la clase de ayer. Además, hablamos de técnicas simples para «simular» tener un kit (semi) profesional de luces y cómo utilizar herramientas que todos tenemos en nuestras casa para crear un clima.

Hoy de mañana me fui con Muzza y Gania Pelous a tomar unos mates al Parque Nuevo, dónde está el monumento de a la bandera casualmente y por las dudas me llevé la cámara. El día está bastante soleado y podía ser un buen momento para empezar a ver algo del 2do Trabajo Práctico que tengo que hacer para el curso.

Cuando llegamos al lugar hablamos de varias cosas durante un buen rato. Mientras, yo observaba el paisaje y se me iban ocurriendo algunas cosas también. Cortaba escenas, ajustaba la mirada y desenfocaba objetos. Llegó el momento en que me dieron ganas de volcar todo eso en la cámara (ya tenía algunos valores pensados para velocidad de obturación, diafragma, tono de blancos y demás -tenía que aprovechar eso). Agarré la cámara y empecé a caminar mirando a través de ella (es totalmente lo que el ojo ve y lo que el ojo ve a través de la cámara). Encontré cosas interesantes y algunas otras ideas para trabajar con velas y luces artificiales en una noche muy muy oscura, dónde se pueda serel dios de lo que se ve y no: «pintar la escena»

Mirando y observando, encontré un cartel que decía «Peligro: Zona de derrumbe» a unos metros del abismo. Me pareció interesante eso. Tratar de lograr un plano corto (de detalle con el cartel) pero sin quitar el fondo alejado que tenía la escena: río, una isla, horizonte, etc. El problema que tenía es que estaba a contra luz (no directa, pero en esa dirección). Entonces, tenía que pensar cómo hacer para que el cartel que para mí era lo más importante me salga más iluminado y que predomine sobre el fondo.

Sábana, plancha de telgopor (ni idea cómo se escribe), luz y demás cosas se me ocurrían para hacer rebotar la luz del sol. Cosas que habíamos hablado la noche anterior en el curso y otras que había comentado con Manuq unos meses atrás. Pero claro, ¿de dónde iba a sacar alguna de esas cosas?. Me acordé que en el auto tengo una sábana blanca (ya que es reglamentaria), pero cuando fui a buscarla me di cuenta que era casi blanca porque era más bien celeste, pero lo que sí encontré que era la posta posta, era el parasol del auto que tiene una especie de papel metálico ($10 en el WallMart 😉 ). «Ésta es la posta» -me dije y fui nuevamente a la escena.

Lo pruebo y veo que cambiaba interesantemente. Entonces llamo a Gania y le pido una mano con esto. Saco la foto y me digo: «Claro, está genial. El efecto funciona, pero me gustaría que haya alguien mirando al horizonte ahí. De espalda, como creando una idea de ‘qué me importa, mirá lo que es este lugar’, observando». Mientras estaba diciendo eso aparece Muzza y dice: «Una parada de manos ahí»

Con ustedes, el resultado 🙂

No fue nada fácil hacer esta foto. Tengo muchas versiones más de la misma escena, pero elegí esta porque está bien desenfocado el fondo (que me gusta porque le da más importancia al cartel que sobre el resto) y el balance de blancos que conseguí está interesante. También los contrastes de colores y sobre todo el tiempo de exposición es casi casi… Casi, diría yo, el adecuado. Tiene unos puntos dónde está sobre expuesta, pero la que está perfecta en cuanto a tiempo de exposición tiene otras cosas que no me terminan de cerrar, mucha profundidad de campo por ejemplo, entonces hace que la foto esté saturada de información

… algunas otras pruebas de yapa…

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